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25 signos y síntomas de la enfermedad de Alzheimer

¿Cómo podemos saber si una persona tiene la enfermedad de Alzheimer?

Uno de los síntomas por sí solo no indica necesariamente que una persona tiene la enfermedad de Alzheimer o demencia. Existen muchas otras causas para la pérdida de la memoria, incluyendo la deficiencia de vitamina B12 y ciertos trastornos en el cerebro, la tiroides, los riñones o el hígado.

De cualquier forma, es importante conocer cuáles son los signos que distinguen a esta enfermedad. En caso de notar varios síntomas, es prudente acudir a la consulta de un especialista.

Pérdida de la memoria

La pérdida de memoria y la confusión grave no son una parte normal del envejecimiento. A veces el olvido causado por el estrés, la ansiedad o la depresión puede ser confundido con demencia, especialmente en alguien muy mayor. Todos nos olvidamos de los detalles exactos de una conversación o lo que alguien nos dice que debemos hacer, pero una persona con Alzheimer olvida lo que ha pasado, lo que alguien acaba de decir o lo que él / ella acaba de decir, por tanto repite las cosas una y otra vez.

La pérdida de memoria no es consistente, las personas con Alzheimer pueden olvidar el nombre del perro hoy y recordarlo al día siguiente. Nada es seguro y predecible con la mayoría de las demencias, excepto que son condiciones progresivas.

Agitación y cambios de humor

Es común para alguien que sufre de Alzheimer sentirse ansioso o agitado. Estos pacientes pueden moverse constantemente, molestarse en determinados lugares o volverse obsesionado con los detalles específicos. La agitación suele ser resultado del miedo, la confusión, la fatiga y la sensación abrumadora  al tratar de dar sentido a un mundo que ya no lo tiene.

Ciertas circunstancias también pueden hacer que la persona se sienta más ansiosa, por ejemplo mudarse a un hogar de ancianos. Además de la agitación, los cambios de humor repentinos y aparentemente no provocados son otro signo de demencia, al pasar de la calma al llanto o al enojo sin razón aparente.

Alteraciones en el juicio

Una persona con la enfermedad de Alzheimer comenzará a tomar decisiones que parecen tontas, irresponsables o incluso inapropiadas, por ejemplo vestirse inapropiadamente para el clima o no ser capaz de evaluar por sí mismos lo que es seguro.

Los primeros cambios en el juicio por lo general implican dinero. Así una persona que normalmente era muy cautelosa con sus finanzas comenzará a gastar de manera inusual, como dar dinero a personas extrañas, o por el contrario comenzará a retener el dinero que debe pagar, ya que erróneamente cree que su compañía de servicios públicos de repente es poco fiable.

Problemas de dinero

Los enfermos de Alzheimer tienen dificultad con el pensamiento abstracto a medida que la enfermedad progresa, haciendo de los números y el dinero asuntos particularmente problemáticos.

Si bien olvidarse de un pago mensual de vez en cuando no es algo alarmante, cuando una persona de repente tiene dificultad para manejar el dinero, pagar las cuentas, gestionar el presupuesto o incluso comprender lo que representan los números, podría estar desarrollando demencia.

Dificultad con las tareas familiares

Una persona que sufre de demencia a menudo tarda más tiempo, o presenta problemas, para completar las tareas cotidianas que él o ella ha hecho cientos de veces. Por ejemplo, un antiguo genio en la cocina puede tener problemas para hacer su plato preferido o incluso para recordar cómo hervir el agua.

Las actividades comunes como llegar a un lugar familiar, jugar un juego favorito o gestionar un presupuesto también pueden resultar difícil.

Dificultad en la planificación o solución de problemas

A medida que la demencia progresa, estos pacientes pueden tener problemas para concentrarse y hacer las actividades básicas de antes. En particular, pueden tener dificultades para desarrollar y seguir un plan, como la creación y el uso de una lista de compras, seguir una receta o hacer el seguimiento de las facturas mensuales.

Esta dificultad es mucho más pronunciada que cometer un error ocasional al balancear una chequera u olvidar un artículo en la lista de compras.

Perder las cosas

Encontrar las llaves del coche en el congelador, el mando a distancia en un cajón de los calcetines, o descubrir otros artículos “desaparecidos” en lugares extraños suele ser un fuerte indicador o síntoma de demencia.

Aunque tendemos a asociar el olvido con el proceso natural de envejecimiento, las personas con la enfermedad de Alzheimer no sólo olvidan ocasionalmente donde dejaron sus llaves del coche o las gafas de lectura, sino que los dejan en lugares inusuales y son incapaces de volver sobre sus pasos para encontrarlos. A menudo, también se tornan sospechosos y acusan a alguien de ocultar o robar sus pertenencias.

Confusión con el tiempo o lugar

La desorientación en cuanto a tiempo y lugar, como olvidar dónde vive, sentirse perdido fácilmente y no recordar las fechas, las estaciones ni reconocer el paso del tiempo, es una experiencia común para las personas con Alzheimer.

El verdadero problema con esta enfermedad es la percepción del tiempo. Cinco minutos pueden parecer cinco horas, por lo que un hombre puede pensar que su esposa se ha ido durante horas o incluso semanas, cuando sólo han pasado unos minutos. Un anciano le puede decir a su nieto que no lo ha visto en cinco años, cuando en realidad lo ha visto el día anterior.

Dificultad para comunicarse

Cuando la demencia progresa, el lenguaje y las habilidades de comunicación de la persona disminuyen. Por ejemplo, puede detenerse en medio de una conversación y no saber cómo continuar.

El vocabulario puede ser especialmente problemático. La persona puede tener dificultades para encontrar la palabra adecuada, puede llamar a las cosas por nombres erróneos usando palabras inusuales o incorrectas, inventando nuevas palabras o repitiendo las mismas palabras una y otra vez.

Con el tiempo, estos pacientes pueden usar más los gestos en lugar de hablar, volver a hablar en una lengua nativa, o simplemente hablar menos en general.

Vagar o perderse

Desafortunadamente, alrededor del 60% de las personas con demencia tienen una tendencia a alejarse, vagar sin rumbo y perderse. La inquietud, el miedo, la confusión relacionada con el tiempo, la incapacidad para reconocer familiares, lugares y objetos, así como el estrés pueden causar una conducta errante.

En algunos casos, la persona puede salir de la casa en medio de la noche para satisfacer una necesidad física, como buscar comida, el inodoro, o simplemente puede estar tratando de “volver a casa” porque no se da cuenta del lugar donde está. También puede creer que tiene 20 años menos y necesita ir a un trabajo anterior.

Repetición en el habla o las acciones

La repetición frecuente de palabras, declaraciones, preguntas o actividades es una característica de la demencia y el Alzheimer. A veces, este comportamiento repetitivo es provocado por la ansiedad, el aburrimiento o el miedo y la falta de seguridad.

Problemas con las relaciones visuales o espaciales

Uno de los síntomas de la demencia son los problemas de visión, que son diferentes a los problemas típicos relacionados con la edad, como las cataratas.

Las personas con Alzheimer suelen tener dificultades para leer, juzgar distancias y determinar el color o el contraste. En términos de percepción, pueden mirar en un espejo y pensar que alguien más está en la habitación, sin darse cuenta de que solo es un reflejo.

La demencia puede causar cambios en las habilidades visuales y espaciales. Por ejemplo puede resultar difícil distinguir la comida del plato en que está servida.

Actividad aparentemente sin propósito

Si una persona comienza a realizar esfuerzos aparentemente sin sentido de forma rutinaria, como abrir y cerrar un cajón, guardar y sacar la ropa, puede ser un signo de Alzheimer.

Aunque desde fuera puede parecer que estos comportamientos son inútiles o incluso una locura, los expertos dicen que por lo general cumplen con una necesidad de la persona, por ejemplo la necesidad de sentirse productivo u ocupado.

Retiro

El Alzheimer puede ser una enfermedad solitaria y aislada que resulta en la falta de interés por las actividades o la socialización con familiares y amigos. Estos pacientes pueden comenzar a retirarse de los pasatiempos, las actividades sociales, los proyectos de trabajo o los deportes que antes amaban, tal vez porque se olvidan de cómo desenvolverse.

También es probable que debido a todos los cambios que han experimentado, pueden sentirse avergonzados y, por tanto, evitan las situaciones sociales.

Pérdida de iniciativa y motivación

Alrededor del 40% de las personas con Alzheimer tienen depresión, apatía y retraimiento social. Desafortunadamente, identificar la depresión puede ser difícil y el deterioro cognitivo hace que sea imposible para la persona articular sus sentimientos.

Si un miembro de la familia duerme todo el tiempo o ve la televisión todo el día y se niega a hacer cualquier otra actividad, puede tener depresión. Es necesario consultar a médico.

No reconocer a la familia y los amigos

Este es un signo desgarrador, cuando la persona deja de reconocer a la familia y sus amigos.

La habilidad de reconocer puede ir y venir por un tiempo, pero en general, la persona afectada se olvida de lo que acaba de aprender o quienes acaban de conocer. A continuación, olvida a los amigos, la familia y el pasado. A veces es difícil explicar por qué recuerdan el nombre de un niño y de otro no.

Los recuerdos e historias bien practicadas duran más que las nuevas, pero en las etapas finales de la enfermedad, puede que sólo recuerden a sus padres.

Pérdida de las habilidades motoras y el sentido del tacto

La demencia afecta las habilidades motoras, lo que interfiere con la capacidad para manipular objetos como los botones de la ropa o utensilios como tenedores y cuchillos.

La debilidad, las manos temblorosas, los síntomas sensoriales como el entumecimiento o la pérdida de sensibilidad, también pueden ser un signo de otra enfermedad como el Parkinson. Por eso es tan importante discutir los síntomas específicos con un médico.

Dificultad para vestirse

Vestirse es muy difícil para los pacientes con demencia. A veces se sienten abrumados por las opciones o no recuerdan siquiera cómo vestirse, atar el cordón de un zapato o la hebilla de un cinturón.

La persona puede usar la misma ropa una y otra vez, olvidando que llevaba la misma ropa del día anterior. Como se mencionó anteriormente, abotonar y desabrochar la ropa puede llegar a ser más difícil en las etapas media y final del alzheimer debido a una disminución en las habilidades motoras.

Desprecio por el aseo y la higiene

A medida que la enfermedad progresa, a menudo las personas se olvidan de lavarse los dientes, bañarse con regularidad, cambiarse de ropa e incluso usar el baño. No pueden recordar por qué tienen que bañarse o cepillarse los dientes. Del mismo modo, pueden olvidar cómo peinar su cabello, cortarse las uñas, afeitarse, etc.

Olvidarse las comidas

Las personas con demencia pueden, literalmente, olvidarse de comer y beber, sobre todo porque muchos pacientes experimentan una disminución del apetito e interés por los alimentos.

Por el contrario, otros se olvidan de que ya han comido y como resultado, comen varias veces al día. Por extraño que parezca, no es raro que una persona con Alzheimer desarrolle gusto por nuevos alimentos y desprecio por los alimentos que previamente amaba.

Además, se puede perder la capacidad de decir si un alimento o bebida es demasiado caliente, se puede olvidar de masticar despacio y tragar, o puede olvidar cómo utilizar los utensilios para comer y comenzar a comer con los dedos.

Conducta inapropiada

En las etapas medias y especialmente a finales de la enfermedad de Alzheimer, la persona puede comenzar a perder el control de sus impulsos y actuar de manera inadecuada. Pueden decir cosas sin tacto, que nunca antes habrían dicho. Además, pueden olvidar que están casados ​​y empezar a coquetear y hacer avances sexuales inapropiados, quitándose la ropa en momentos inadecuados o en lugares inusuales.

No pagar es algo común entre estos pacientes, ya que no entienden ni recuerdan que deben pagar los artículos en las tiendas.

Delirios y paranoia

Algunas personas pueden pasar de sospechas aparentemente irracionales, digamos que alguien robó sus gafas, a mantener firmemente creencias falsas o delirios, digamos que alguien está tratando de herirlas o matarlas. Además, pueden comenzar a experimentar alucinaciones, ver, oír, oler o probar cosas que no existen. Por ejemplo, pueden ver el rostro de un antiguo amigo una puerta o escuchar voces. Según los expertos, la pérdida de memoria y la confusión hacen que la persona perciba las cosas de formas nuevas e inusuales, malinterpretando lo que realmente ve y oye.

Agresión verbal y física

A medida que la demencia empeora, es común que la persona se torne física o verbalmente agresiva. Los arrebatos verbales, incluyendo insultos, discusiones, gritos y amenazas son comunes. Algunos pacientes incluso golpean y empujan a sus cuidadores.

Estos actos agresivos parecen surgir de la nada, pero por lo general hay una razón detrás de la conducta que puede no ser evidente para los miembros o los cuidadores familiares, como la incomodidad física, incapacidad de comunicarse adecuadamente o la frustración ante una situación determinada.

Problemas para dormir

Ciertos síntomas, como inquietud, ansiedad, agitación, desorientación y confusión, tienden a empeorar a medida que avanza el día, continúan durante la noche y causan dificultad para dormir.

Los expertos llaman a este fenómeno “síndrome de la caída del sol”, ya que toma fuerza a medida que anochece. Puede deberse al agotamiento, los cambios en el reloj biológico de la persona, la imposibilidad de separar los sueños de la realidad y la menor necesidad de sueño que aparece con la edad.

Se dice que el 20% de los pacientes con Alzheimer experimentan este síndrome en algún momento y es una razón común por la que los familiares deciden hospitalizarlos en un hogar de ancianos.

Comportamiento infantil

Los expertos hablan sobre la tendencia de los pacientes con Alzheimer a tornarse completamente dependientes de determinada persona, siguiéndola constantemente como una “sombra”. Esto tiende a ocurrir al final del día o por la noche cuando comienza a sentirse particularmente desgastado, confundido y temeroso.

A menudo es el resultado de sentirse asustado en un mundo confuso para ellos, por lo que necesitan constantemente a la persona de más confianza a la vista. Si esa persona está fuera de su vista, es posible que no sepan cuánto tiempo ha pasado o dónde puedan encontrarla. Por eso la siguen todo el tiempo alrededor de la casa, incluso en el baño.

Lograr un diagnóstico temprano

Si alguien es diagnosticado con Alzheimer, no significa que su vida ha terminado. Esa persona puede vivir una vida significativa y productiva durante muchos años, pero es importante obtener un diagnóstico adecuado. Las personas a menudo esperan demasiado tiempo para buscar ayuda.

La mayoría de los diagnósticos se hacen en la etapa moderada, después que la persona ha experimentado síntomas durante años. Esperar hasta que los síntomas sean tan evidentes que el diagnóstico se logre fácilmente, no ayuda en nada a la persona o su familia. Es mejor buscar una evaluación cuanto antes para mantener la calidad de vida y prevenir las crisis sociales, o médicas, por la pérdida de la memoria.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: agosto 22, 2018.