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Todo sobre la fractura de cadera

Una fractura de cadera es una lesión grave, con complicaciones que pueden ser potencialmente mortales. El riesgo de fractura de cadera aumenta con la edad.

Las personas mayores tienen un mayor riesgo de fractura de cadera porque los huesos tienden a debilitarse con la edad (osteoporosis). Los múltiples medicamentos, la mala visión y los problemas de equilibrio también hacen que estas personas tengan más probabilidades de tropezar y caer, siendo esa una de las causas más comunes de la fractura de cadera.

Una fractura de cadera casi siempre requiere reparación o reemplazo quirúrgico, seguido de meses de terapia física. Tomar las medidas necesarias para mantener la densidad ósea y evitar caídas innecesarias puede prevenir este tipo de fractura.

Los síntomas de una fractura de cadera

Los signos y síntomas de una fractura de cadera incluyen:

  • Incapacidad para moverse inmediatamente después de una caída
  • Dolor intenso en la cadera o la ingle
  • Incapacidad para poner peso sobre la pierna en el lado de la cadera lesionada
  • Rigidez, moretones e hinchazón en y alrededor del área de la cadera
  • Pierna más corta en el lado de la cadera lesionada
  • Pierna girada hacia el exterior en el lado de la cadera lesionada

Las causas de una fractura de cadera

Un impacto severo, por ejemplo en un accidente automovilístico, puede causar fractura de cadera en personas de todas las edades. En los adultos mayores, esta fractura a menudo es el resultado de una caída rutinaria.  En las personas con huesos muy débiles, puede ocurrir una fractura de cadera simplemente por estar de pie y girarse sobre una pierna.

Factores de riesgo para una fractura de cadera

La probabilidad de experimentar una fractura de cadera aumenta sustancialmente con la edad, debido a:

  • Disminución de la densidad ósea y masa muscular
  • Problemas con la visión y el equilibrio, que pueden causar una caída

Otros factores que pueden aumentar el riesgo de fractura de cadera incluyen:

  • El sexo. Alrededor del 70 por ciento de las fracturas de cadera ocurren en mujeres. Las mujeres pierden densidad ósea a un ritmo más acelerado que los hombres, en parte debido a la caída en los niveles de estrógenos que se produce con la menopausia. Sin embargo, los hombres también pueden desarrollar niveles peligrosamente bajos en su densidad ósea.
  • Condiciones médicas crónicas. Los trastornos endocrinos, como la tiroides hiperactiva, pueden conducir a la fragilidad de los huesos. Los trastornos intestinales, que reducen la absorción de la vitamina D y el calcio, pueden conducir a la debilidad ósea y las fracturas de cadera. El deterioro cognitivo también aumenta el riesgo de caídas.
  • Ciertos medicamentos. Los medicamentos con cortisona, como la prednisona, pueden debilitar los huesos si se toman a largo plazo. Ciertos medicamentos o ciertas combinaciones de medicamentos pueden causar mareos y por tanto la persona es más propensa a caerse.
  • Problemas nutricionales. La falta de calcio y vitamina D en la dieta cuando se es joven reduce el pico de masa ósea y aumenta el riesgo de fracturas más tarde en la vida. Los trastornos alimenticios graves, como la anorexia nerviosa y la bulimia, pueden dañar el esqueleto al privar a su cuerpo de nutrientes esenciales muy necesarios para el desarrollo de los huesos.
  • La inactividad física. Los ejercicios, como caminar, ayudan a fortalecer los huesos y los músculos, por lo que las caídas y fracturas son menos probable. Por otra parte, si no se participa regularmente en ejercicios con pesas, se puede tener una menor densidad ósea y huesos más débiles.
  • El tabaco y el consumo de alcohol. Ambos pueden interferir con los procesos normales de formación de los huesos y el mantenimiento, lo que resulta en una pérdida ósea.

Complicaciones de una fractura de cadera

Una fractura de cadera puede reducir la independencia individual y a veces incluso puede acortar la vida. Aproximadamente la mitad de las personas que tienen una fractura de cadera no son capaces de recuperar su capacidad de vivir independientemente.

Si una fractura de cadera le mantiene inmóvil durante mucho tiempo, las complicaciones pueden incluir:

  • La formación de coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones
  • Úlceras por presión
  • Infección del tracto urinario
  • Neumonía
  • La pérdida de masa muscular, aumentando así el riesgo de sufrir caídas y lesiones adicionales

Preparación para una cita médica

Al llegar a la consulta del cirujano ortopédico, él o ella pueden preguntar:

  • ¿Se ha caído recientemente o ha tenido otra lesión en la cadera?
  • ¿Qué tan grave es el dolor?
  • ¿Puede resistir peso sobre la pierna en el lado de su cadera lesionada?
  • ¿Ha tenido una prueba de densidad ósea?
  • ¿Le han diagnosticado cualquier otra condición médica? ¿Qué medicamentos está tomando actualmente, incluyendo vitaminas y suplementos?
  • ¿Bebe alcohol o fuma?
  • ¿Alguna vez ha tenido una cirugía? ¿Hubo algún problema?
  • ¿Alguno de sus parientes cercanos, como un padre o un hermano, tiene un historial de fracturas u osteoporosis?
  • ¿Actualmente vive solo?

Pruebas y diagnóstico de una fractura de cadera

A menudo, el médico puede determinar que existe una fractura de cadera en base a los síntomas y la posición anormal de la cadera y la pierna. Una radiografía suele confirmar el diagnóstico y mostrar exactamente donde está la fractura.

Si la prueba de rayos X no muestra una fractura, pero el paciente todavía tiene mucho dolor en la cadera, el médico puede ordenar una resonancia magnética o una gammagrafía ósea para buscar una pequeña lesión.

La mayoría de las fracturas de cadera ocurren en el fémur, el hueso largo que se extiende desde la pelvis hasta la rodilla. Los dos puntos de fractura más comunes son:

  • El cuello femoral. Esta área se encuentra en la parte superior del fémur, justo debajo de la cabeza femoral de la articulación bola y cavidad.
  • La región intertrocantérea. Esta región está un poco más abajo de la articulación de la cadera, en la parte superior del fémur que sobresale hacia el exterior.

Un tercer tipo de fractura de cadera, llamado fractura atípica, puede ocurrir en personas que han sido tratadas durante mucho tiempo con medicamentos que aumentan la densidad ósea (bifosfonatos).

Tratamientos y drogas

El tratamiento para la fractura de cadera por lo general implica una combinación de cirugía, rehabilitación y medicación.

Cirugía: el tipo de cirugía generalmente depende de la ubicación y gravedad de la fractura, de si los huesos no están alineados correctamente (fractura desplazada), de la edad y posibles condiciones de salud. Las opciones incluyen:

  • Reparación interna con tornillos, se insertan tornillos de metal en el hueso para mantenerlo unido mientras se cura la fractura. A veces los tornillos están unidos a una placa de metal que se extiende a lo largo del fémur.
  • Reemplazo parcial de cadera, si los extremos del hueso roto son desplazados o dañados, el cirujano puede instalar un reemplazo metálico (prótesis).
  • Reemplazo total de cadera, puede ser una buena opción si la artritis o una lesión anterior ha dañado la articulación, de forma que afecta su función, incluso antes de la fractura.

El médico también puede recomendar el reemplazo parcial o total de la cadera si el suministro de sangre hacia el área afectada se ha visto interrumpido. Ese tipo de lesión, que se produce frecuentemente en personas mayores con fracturas del cuello femoral, indica que el hueso tiene menos probabilidad de sanar adecuadamente.

Rehabilitación: este es un aspecto muy importante para lograr la recuperación. Por ejemplo la fisioterapia se centra inicialmente en ejercicios de rango de movimiento y de fortalecimiento. Un terapeuta ocupacional puede enseñar técnicas de independencia en la vida diaria, como ir al baño, bañarse, vestirse y cocinar. También determinará si un andador o silla de ruedas puede ayudarle a recuperar la movilidad y la independencia.

Medicación: alrededor del 20 por ciento de las personas que tienen una fractura de cadera tendrá otra fractura de cadera en el futuro. Los bifosfonatos son medicamentos que ayudan a reducir el riesgo de una segunda fractura de cadera. La mayoría de estos medicamentos se toman por vía oral y están asociados con efectos secundarios que pueden ser difíciles de tolerar, incluyendo reflujo ácido e inflamación del esófago. Los bifosfonatos generalmente no se recomiendan para personas con problemas renales.

Prevención de una fractura de cadera

Los estilos de vida saludables en la edad adulta temprana ayudan a construir una densidad ósea mayor y a reducir el riesgo de osteoporosis en años posteriores. Las mismas medidas pueden reducir el riesgo de caídas y mejorar la salud en general.

Para evitar caídas y mantener los huesos sanos:

  • Obtenga suficiente calcio y vitamina D. Como regla general, los hombres y las mujeres mayores de 50 años deben consumir 1.200 miligramos de calcio y 600 unidades internacionales de vitamina D al día.
  • Haga ejercicios para fortalecer los huesos y mejorar el equilibrio. Ejercicios simples, como caminar, ayudan a mantener la densidad ósea máxima durante más años y aumentan la fuerza en general, haciendo que sea menos probable sufrir una caída. Los ejercicios de equilibrio también son importantes en este sentido, ya que el equilibrio tiende a deteriorarse con la edad.
  • Evite fumar o beber en exceso. El tabaco y el consumo de alcohol pueden reducir la densidad ósea. Beber demasiado alcohol puede afectar el equilibrio y hacerlo más propenso a caer.
  • Evalúe su casa para los peligros. Retire las alfombras, mantenga los cables eléctricos contra la pared y evite el exceso de muebles o cualquier otra cosa con la que pudiera tropezar. Asegúrese de que todas las habitaciones y pasillos están bien iluminados.
  • Examine sus ojos. Hágase un examen de la vista cada dos años o con mayor frecuencia si tiene diabetes o una enfermedad ocular.
  • Tenga cuidado con los medicamentos. La sensación de debilidad y mareos son posibles efectos secundarios de muchos medicamentos y esto puede aumentar el riesgo de sufrir caídas. Hable con su médico sobre los efectos secundarios causados ​​por los medicamentos.
  • Póngase de pie lentamente. Levantarse demasiado rápido puede bajar la presión arterial y hacerte sentir tambaleante.

Utilice un bastón o un andador. Si no se siente firme al caminar, pregunte a su médico o terapeuta ocupacional si estas opciones pueden ayudar.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: mayo 27, 2019.