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Fracturas por estrés (Causas, Síntomas, Tratamientos y Remedios)

Las fracturas por estrés son pequeñas grietas causadas ​​por la aplicación repetitiva de fuerza sobre el hueso. También pueden surgir por el uso normal de un hueso que ha sido debilitado por una enfermedad como la osteoporosis.

Las fracturas por estrés son más comunes en los huesos que soportan el peso de la pierna y el pie. Los atletas son particularmente susceptibles a este tipo de fractura, pero cualquier persona puede experimentarlo. Por ejemplo si vas a empezar un nuevo programa de ejercicios, puedes estar en riesgo si lo haces demasiado pronto y sin el suficiente calentamiento previo.

Los síntomas de una fractura por estrés

Al principio, el dolor asociado con una fractura por estrés puede ser apenas perceptible, pero tiende a empeorar con el tiempo. La sensibilidad por lo general se origina en un punto específico y disminuye durante el descanso. También se puede experimentar algo de hinchazón alrededor del área afectada.

Cuándo consultar a un médico

Ante la sospecha de fractura y en presencia de dolor severo y persistente, es importante acudir al médico cuanto antes.

Causas de una fractura por estrés

Las fracturas por estrés son causadas ​​por la aplicación repetitiva de una fuerza superior a la fuerza que un hueso puede soportar normalmente. Esta fuerza provoca un desequilibrio entre la resorción y el crecimiento de los huesos.

Cuando los huesos están sometidos a una fuerza desacostumbrada sin tiempo suficiente para la recuperación, pueden reabsorber las células óseas más rápido de lo que pueden reemplazarlas. Como resultado, surge un estado de “fatiga” y eso origina pequeñas grietas en los huesos, las cuales progresan  hasta convertirse en fracturas por estrés.

Factores de riesgo para una fractura por estrés

Los factores que pueden aumentar el riesgo de fracturas por estrés incluyen:

  • Ciertos deportes. Las fracturas por estrés son más comunes en las personas que practican deportes como el atletismo, el baloncesto, el tenis o la gimnasia.
  • El aumento de la actividad física. Las fracturas por estrés ocurren a menudo en personas que de repente cambian de un estilo de vida sedentario a un régimen de entrenamiento activo, como un recluta militar sometido a ejercicios de marcha intensa o un atleta que aumenta rápidamente la intensidad, duración o frecuencia de las sesiones de entrenamiento.
  • Las mujeres que tienen períodos menstruales anormales o ausentes están en mayor riesgo de desarrollar fracturas por estrés.
  • Problemas en los pies. Las personas que tienen los pies planos o arcos altos y rígidos son más propensos a desarrollar fracturas por estrés.
  • Huesos debilitados. Condiciones de salud como la osteoporosis pueden debilitar los huesos y aumentar las probabilidades de sufrir una fractura por estrés.

Complicaciones de una fractura por estrés

Algunas fracturas por estrés no se curan correctamente. Esto puede conducir a dolor crónico y si no se abordan las causas subyacentes, la persona puede estar en mayor riesgo de sufrir fracturas adicionales.

Preparación para una cita médica

Antes de tu cita médica, es posible que desees prepararte y tener claras las respuestas a preguntas como:

  • ¿Hay alguna actividad que empeore o mejore los síntomas?
  • ¿Qué otros problemas médicos tiene?
  • Si es una mujer, ¿sus períodos menstruales son regulares?
  • ¿Qué tipos de medicamentos y suplementos toma con regularidad?
  • ¿Cuándo comenzaron los síntomas?
  • ¿Qué tipo de deportes y actividades le gustan?
  • ¿Ha aumentado recientemente su actividad física?
  • ¿Ha experimentado fracturas en el pasado?

Pruebas y diagnóstico de una fractura por estrés

Aunque a veces los médicos pueden diagnosticar una fractura por estrés con una evaluación de la historia clínica y el examen físico, las pruebas de imagen son necesarias para confirmar dicho diagnóstico.

  • Rayos X. En muchos casos, las fracturas por estrés no son evidentes en las radiografías regulares tomadas poco después que han comenzado los síntomas. A veces se requieren varias semanas e incluso más de un mes para que la evidencia de una fractura por estrés aparezca en las radiografías.
  • Imágenes por resonancia magnética (MRI). Esta prueba utiliza ondas de radio y un potente campo magnético para producir imágenes detalladas de las estructuras internas. Por lo general permite visualizar las fracturas en la primera semana de la lesión y es capaz de distinguir entre las fracturas por estrés y las lesiones de tejidos blandos.

Tratamientos y drogas

Para reducir la carga que soporta el hueso hasta que se produzca la curación, es posible que el paciente necesite una bota para caminar, un corsé o utilizar muletas. Aunque es poco común, a veces la cirugía es necesaria para asegurar la curación completa de algunos tipos de fracturas por estrés, en especial las que se producen en las zonas con pobre suministro de sangre.

Estilo de vida y remedios caseros para una fractura por estrés

El proceso de curación del hueso puede tardar varios meses o incluso más tiempo. Mientras tanto siga estos consejos desde casa:

  • Deje reposar la extremidad afectada según las indicaciones de su médico hasta que pueda soportar el peso y el movimiento normal.
  • Para reducir la inflamación y aliviar el dolor, el médico puede recomendar la aplicación de compresas de hielo en la zona lesionada, tres o cuatro veces al día durante 10 minutos cada vez.
  • Reanudar la actividad lentamente. Cuando su médico lo indique, progrese lentamente haciendo actividades que no impliquen peso. Las actividades de alto impacto, como correr, deben reanudarse de manera gradual con una cuidadosa progresión del tiempo y la distancia.

Prevención de una fractura por estrés

Algunos pasos simples pueden ayudar a prevenir las fracturas por estrés.

  • Realice los cambios poco a poco. Inicie cualquier nuevo programa de ejercicios lenta y gradualmente.
  • Use calzado adecuado. Asegúrese de que sus zapatos le queden bien y sean adecuados para su actividad. Si tiene los pies planos, pregunte a su médico sobre la opción de colocar un arco de apoyo en los zapatos.
  • Diseñe bien su entrenamiento. Añada actividades de bajo impacto a su régimen de ejercicio para evitar la fuerza repetida sobre una parte específica de su cuerpo.

Obtenga una nutrición adecuada. Para mantener los huesos fuertes, asegúrese de que su dieta incluya suficiente calcio y otros nutrientes importantes.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: mayo 27, 2019.