Una fractura implica un hueso roto, por tanto es una condición que requiere atención médica lo antes posible. Es importante pedir ayuda de emergencia si:
- La persona fracturada no responde, no respira o no se está moviendo. Se recomienda comenzar con técnicas de reanimación si no hay respiración o latidos del corazón.
- Hay sangrado abundante.
- Una presión suave o cualquier movimiento causa dolor.
- La extremidad o articulación luce deformada.
- El hueso ha perforado la piel.
- El extremo del brazo o pierna lesionada es insensible o toma una coloración azulada.
- Se sospecha de fractura en el cuello, la cabeza o la espalda.
No mueva a la persona, excepto si es necesario para evitar una lesión mayor. Tome estas acciones inmediatamente, mientras espera por la ayuda médica:
- Detenga cualquier sangrado. Aplique presión en la herida con un vendaje estéril, un paño limpio o un trozo de ropa limpia.
- Inmovilice la zona lesionada. No trate de realinear el hueso o empujar un hueso que ha salido fuera de su posición. Si sabe cómo entablillar, coloque una férula por arriba y por debajo de los sitios de fractura. Rellenar las férulas puede ayudar a reducir el malestar.
- Aplique bolsas de hielo para limitar la inflamación y aliviar el dolor. No aplique hielo directamente sobre la piel, envuélvalo en una toalla, pedazo de tela u otro material.
Evite un estado de shock. Si la persona se siente débil o presenta respiraciones cortas y rápidas, colóquela con la cabeza ligeramente más baja que el tronco y, si es posible, eleve sus piernas.
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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: marzo 30, 2019.