Información general
El hiato es una abertura en el diafragma, esa pared muscular que separa la cavidad torácica de la abdominal. Normalmente, el esófago pasa por el hiato y se une con el estómago. En una hernia de hiato, el estómago sobresale hacia el tórax a través de esa abertura.
Existen dos tipos principales de hernias de hiato: deslizante y paraesofágica (al lado del esófago).
En una hernia de hiato deslizante, el estómago y la sección del esófago que los une se deslizan hacia el tórax a través del hiato. Este es el tipo más común de hernia de hiato.
La hernia paraesofágica es menos común, pero es más preocupante. El esófago y el estómago permanecen en sus ubicaciones normales, pero una parte del estómago es presionada a través del hiato, de forma que queda situada al lado del esófago. Aunque se puede tener este tipo de hernia sin presentar síntomas, existe el peligro de que el estómago quede “ahogado” o no reciba el suministro normal de sangre.
Muchas personas con hernia de hiato no tienen síntomas, pero otras pueden tener acidez estomacal similar a la enfermedad del reflujo gastroesofágico. Aunque parece existir un vínculo, una condición no determina a la otra, porque muchas personas tienen una hernia de hiato sin padecer la enfermedad del reflujo gastroesofágico, y viceversa.
Algunas personas pueden experimentar acidez estomacal acompañada de dolor fuerte en el pecho, algo que podría ser confundido con el dolor típico de un ataque al corazón. Por eso es tan importante someterse a las pruebas necesarias y obtener el diagnóstico correcto.
¿Qué causa una hernia de hiato?
La mayoría de las veces, no se conoce la causa. La persona puede nacer con una abertura de hiato más grande de lo normal o experimentar un aumento de la presión en el abdomen debido al embarazo, la obesidad, una tos muy fuerte o un esfuerzo durante la defecación.
¿Quién está en riesgo de padecer una hernia de hiato?
Las hernias de hiato son más frecuentes en las mujeres, las personas con sobrepeso y las personas mayores de 50 años.
¿Cómo se diagnostica una hernia de hiato?
La hernia de hiato se puede diagnosticar mediante una radiografía especializada o una endoscopia que permita ver el esófago.
¿Cómo se tratan las hernias de hiato?
La mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma, por lo que no necesitan tratamiento. Sin embargo, la hernia paraesofágica a veces puede provocar que una parte del estómago quede estrangulada y por tanto, se requiera la cirugía.
Cuando se presentan síntomas de acidez estomacal y reflujo es posible aliviarse con medicamentos especializados, que básicamente reducen la producción de ácidos en el estómago y evitan su ascenso al esófago.
¿Cuándo es necesaria la cirugía para una hernia de hiato?
Si la hernia de hiato está en peligro de estrangulamiento, de modo que el suministro de sangre se vea interrumpido, puede ser necesaria la cirugía para reducir dicha hernia, lo que significa devolverla a su posición normal.
El procedimiento quirúrgico suele hacerse por vía laparoscópica o “mínimamente invasiva”. Las ventajas de esta variante incluyen incisiones más pequeñas, menos riesgo de infección, menos dolor así como la cicatrización y recuperación más rápidas.
Muchos pacientes son capaces de caminar el mismo día después de una cirugía de hernia. En general, no hay restricciones en la dieta y se pueden reanudar las actividades normales dentro de una semana. La recuperación completa tomará de dos a tres semanas, de ahí que el trabajo físico y el levantamiento de objetos pesados deban evitarse durante al menos tres meses después de la cirugía. Desafortunadamente, incluso con la cirugía no hay ninguna garantía absoluta de que la hernia no reaparezca.
¿Cuándo debo consultar al médico acerca de una hernia de hiato?
Si ha sido diagnosticado con una hernia de hiato y desarrolla un fuerte dolor en el pecho o en el abdomen, tiene náuseas, vómitos o es incapaz de tener una evacuación intestinal normal, puede estar enfrentando una hernia estrangulada o una obstrucción, lo cual es una emergencia médica. Acuda al médico de inmediato.
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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: mayo 27, 2019.