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Reducir el riesgo de cáncer, Alzheimer, diabetes e hipertensión con el consumo de aceite de oliva

El aceite de oliva siempre ha sido uno de los protagonistas en la dieta mediterránea, pero en los últimos tiempos ha logrado convertirse en un ingrediente básico de cualquier cocina saludable alrededor del mundo. Este aceite es rico en grasas monoinsaturadas, sobre todo en ácido oleico, que tiene la capacidad de combatir los radicales libres y se ha relacionado con un menor riesgo de padecer la enfermedad cardíaca coronaria. Además los antioxidantes presentes en el aceite de oliva mejoran la regulación del colesterol, reducen los niveles de LDL (colesterol malo), previenen el desarrollo del cáncer y tienen efectos anti-inflamatorios en el cuerpo.

Existen diferentes tipos de aceite de oliva. Por ejemplo, el aceite de oliva extra virgen se considera el tipo más puro y saludable. Se obtiene a partir de la primera trituración de las olivas y no se le añaden productos químicos de prensado en frío. El aceite de oliva virgen es la segunda variedad y se obtiene a partir del segundo prensado de las olivas. El aceite de oliva refinado se obtiene a partir del aceite de oliva virgen refinado y tiene un mayor nivel de acidez.

No podemos dejar de mencionar los beneficios del aceite de oliva en la industria de la belleza, la industria alimentaria y la farmacéutica. Es muy común encontrarlo en la etiqueta de múltiples productos, por ejemplo champús, jabones, mascarillas, cremas hidratantas, salsas, alimentos procesados, suplementos, entre otros. (Te puede interesar: Los mejores aceites de frutas para el cuidado de la piel)

Después de esta introducción, es hora de conocer cómo el aceite oliva puede reducir nuestro riesgo de padecer enfermedades graves como el cáncer, el Alzheimer, la diabetes y la hipertensión arterial; entre otras condiciones de salud.

El aceite de oliva para prevenir el cáncer

Se ha demostrado que el consumo de una dieta rica en aceite de oliva, como principal fuente de grasa, puede disminuir considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer. Uno de sus principales beneficios en este sentido es que protege contra el cáncer de piel, el cáncer de mama y de colon. Este efecto se le podría atribuir al ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado predominante en el aceite de oliva. Sin embargo, no se descarta que otras sustancias, como los antioxidantes, flavonoides, polifenoles y escualeno, también puedan tener una influencia positiva. Por ejemplo se cree que el escualeno tiene un efecto favorable sobre la salud de la piel al reducir la incidencia del melanoma. En resumen, los expertos afirman que el aceite de oliva es uno de los 14 mejores alimentos que protegen contra el desarrollo del cáncer.

El aceite de oliva para controlar la diabetes

Los investigadores han afirmado que el consumo regular de aceite de oliva puede reducir los efectos de la diabetes tipo II en más del 50% debido a su contenido de grasas monoinsaturadas. Estas grasas, también presentes en las semillas y en los frutos secos, son esenciales para reducir el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes y el cáncer. Una dieta rica en aceite de oliva, baja en grasas saturadas, moderadamente rica en carbohidratos y fibra soluble a base de frutas, verduras, legumbres y cereales, es el enfoque alimenticio más eficaz para controlar el azúcar en la sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina.

El aceite de oliva contra la enfermedad de Alzheimer

El Alzheimer es una de las enfermedades más estudiadas y constituye la causa más común de demencia, especialmente en los ancianos. Es una condición cerebral que provoca la disminución progresiva de la memoria, de la capacidad de razonamiento y del pensamiento. Se ha demostrado que el aceite de oliva extra virgen puede tener un impacto muy positivo para prevenir el Alzheimer, ya que la oleuropeína aglicona, su polifenol principal, mejora el rendimiento cognitivo y la memoria. (Ver: Prevención de la demencia y la enfermedad de Alzheimer)

El aceite de oliva para controlar la presión arterial

El consumo de aceite de oliva extra virgen, aproximadamente entre 30 y 40 gramos diarios, puede ayudar a reducir la medicación necesaria para controlar los niveles de presión arterial en personas con hipertensión.

El aceite de oliva y los niveles de colesterol

El aceite de oliva contiene una potente mezcla de antioxidantes que pueden reducir el colesterol “malo” (LDL) sin afectar el colesterol “bueno” (HDL). Consumir dos cucharadas de aceite de oliva al día puede reducir el riesgo de padecer enfermedad coronaria al mantener los niveles de colesterol bajo control.

El aceite de oliva y la osteoporosis

La osteoporosis (“huesos porosos”) es una condición que debilita los huesos y aumenta la probabilidad de sufrir fracturas, especialmente fracturas de cadera, de columna y de muñeca. Se ha descubierto que el aceite de oliva puede reducir significativamente el avance de esta enfermedad. Las personas que consumen más aceite de oliva tienen mayores niveles de osteocalcina, una proteína secretada por las células formadoras de los huesos (osteoblastos). Un alto nivel de osteocalcina indica que la persona tiene huesos más fuertes. Otro descubrimiento muy interesante que asocia al aceite de oliva con la prevención de la osteoporosis es su contenido del polifenol oleuropeina, el cual fomenta la formación de osteoblastos a partir de las células madre en la médula ósea.

El aceite de oliva contra la depresión

Varios estudios han encontrado que ciertas grasas, como el aceite de oliva y los ácidos grasos omega-3 del pescado, pueden mejorar la funcionalidad de las membranas de las células nerviosas y actuar sobre los neurotransmisores implicados en el avance de la depresión, por ejemplo el neurotransmisor serotonina.

Cantidad de aceite de oliva que debes consumir para obtener estos beneficios

Se recomienda sustituir el consumo de grasas animales por el aceite de oliva extra virgen siempre que sea posible. Pero en general basta con incluir de 2 a 3 cucharadas por día para obtener sus propiedades saludables; no es necesario consumir grandes cantidades. Este es un aceite muy versátil, lo puedes rociar en el pan, en las ensaladas y sopas, puedes incluirlo como ingrediente en tus salsas y mayonesas caseras, entre muchas otras preparaciones.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: mayo 27, 2019.