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7 técnicas simples y eficaces de meditación para reducir la tensión diaria

No tienes que ser un experto de la meditación para incorporar los beneficios de esta técnica. A partir de hoy verás lo fácil que puede ser poner en práctica algunas actividades para controlar el estrés y la tensión de la vida diaria.

Respirar profundamente

Tu respiración está conectada con tu estado mental y físico. Es por eso que cuando estás estresado respiras más rápido y tu cuerpo no recibe la misma cantidad de oxígeno que cuando estás relajado. Esto compromete tu sistema nervioso y hace que te sientas aún más estresado. Tan pronto como comienzas a reducir la velocidad de tu respiración, tu cuerpo y el sistema nervioso se calman. A partir de ahora intenta respirar lenta y profundamente para centrarte y calmarte.

Hacer un alto

Cuando estás estresado, te parece que el tiempo dura menos. Tu mente se acelera, el ritmo cardíaco aumenta y las emociones comienzan a surgir. Si tomas un momento para analizar tu estado emocional actual, serás capaz de ver las cosas en perspectiva. Las grandes cuestiones se vuelven más manejables y puedes hacerles frente sin dificultad. La próxima vez que te sientas estresado, intenta concentrarte en tu estado actual. (Ver: )

Sintonizar tu cuerpo

Escucha lo que tu cuerpo te está diciendo. Cuando estás estresado hay una tendencia a mantener la tensión en alguna parte de tu cuerpo. A menudo es la mandíbula, los hombros y el estómago. Si encuentras que algún lugar de tu cuerpo está tenso, relájate para que desaparezca. A veces el estrés puede manejarse mediante las propias señales internas que te envía tu cuerpo. Al sintonizar con tu cuerpo tendrás más posibilidades de controlar el estrés antes de que salga de control.

Utilizar las afirmaciones

Tus pensamientos contribuyen al cómo respondes ante una situación determinada. El mismo evento puede sucederle a dos personas diferentes y cada una lo percibirá según su forma de pensar. Una gran manera de reemplazar los patrones de pensamiento negativo es repitiendo afirmaciones positivas. Las afirmaciones son declaraciones potenciadoras que pueden repetirse mentalmente o en voz alta. Mantén tu mente enfocada en lo que es importante en tu vida. Repite afirmaciones cortas para que sean fáciles de recordar. La próxima vez que te sientas estresado intenta repetir: “La paz está a mi alrededor” o “Estoy tranquilo, feliz y enfocado”. Alimenta tu mente con pensamientos positivos mediante la creación de afirmaciones simples que vas a repetir a lo largo de tu día.

Centrarse en la gratitud

Los estudios demuestran que las personas que se centran en la gratitud experimentan menos estrés. La gratitud reporta excelentes beneficios físicos y psicosociales. Cuando te sientes estresado es fácil caer preso de pensamientos desequilibrados y de la duda. Por lo tanto, centrarte en la gratitud puede alejarte de las emociones negativas. Comienza a buscar razones para estar agradecido. Recuerda que es importante en tu vida. Trata de pensar en al menos 5 cosas por las que debes estar agradecido cada día; y observa como el estrés desaparece.

Enderezar la columna vertebral

Cuando se está estresado hay una tendencia a encorvar los hombros y apretar los músculos de la mandíbula y el estómago, lo que exacerba la sensación de tensión en el cuerpo. Cuando enderezas tu columna vertebral logras un alivio inmediato, alivias la opresión y tensión en tu cuerpo, sientes que el estrés se desprende de los hombros. Prueba a hacerlo y verás lo que se siente. Siéntate derecho con los hombros hacia atrás y nota la diferencia.

Mirar hacia arriba

Puedes cambiar tu estado de ánimo simplemente por la forma en que posicionas tus ojos. Gran parte de la información se obtiene a través de los ojos, lo que en ocasiones puede provocar una sobrecarga sensorial importante. Una técnica de meditación popular es dedicar unos instantes a lo largo del día para levantar la mirada. Cuando miras hacia arriba te alejas de las distracciones de las personas y los acontecimientos que te rodean. Esto sucede porque eleva tu estado de ánimo. Trata de enfocarte en un pensamiento negativo mientras miras hacia arriba y verás que resulta difícil. Sin embargo cuando bajas la mirada, tu sentido de humor también lo hace.

Cuando incluyes la meditación en tu vida cotidiana, empiezas a notar que estás respondiendo de manera diferente al estrés. Elige algunas de las técnicas mencionadas anteriormente e incorpóralas a tu día a día. Notarás que el estrés desaparece mientras experimentas más paz, energía y claridad.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: mayo 27, 2019.