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Casi todo el mundo ha experimentado un calambre muscular en algún momento de su vida. Esto es especialmente común entre las personas que practican deportes. Pero en realidad los calambres pueden afectar a cualquiera.

Las contracciones involuntarias y repentinas pueden ocurrir en diferentes grupos musculares. En la mayoría de los casos se ven involucrados los músculos de la parte posterior de la pierna y los de la parte delantera y trasera del muslo. También pueden ocurrir en la pared abdominal, los brazos, las manos y los pies – 7 causas y remedios para los calambres en los pies – . El síntoma más común es el dolor agudo e intenso, que puede estar acompañado de inflamación y sensibilidad. En algunos casos, se desarrolla un bulto duro de tejido muscular debajo de la piel.

Un espasmo muscular puede durar desde pocos segundos hasta 15 minutos o más. En muchos casos la causa exacta no se conoce, pero a menudo resulta del uso excesivo de los músculos mientras se hace algún tipo de ejercicio. Otras causas incluyen lesiones musculares, deshidratación, mala circulación, deficiencias minerales en el cuerpo, condiciones médicas como la compresión del nervio espinal, el alcoholismo, el embarazo, la insuficiencia renal, la diabetes y el hipotiroidismo.

Los medicamentos generalmente no son necesarios para el tratamiento de un calambre muscular normal – medicamento para los calambres -, pero para acelerar el tiempo de recuperación y disminuir el malestar, se pueden probar algunos remedios caseros simples.

Sigue leyendo y descubre cuáles son…

Para empezar, puedes estirar y masajear los músculos afectados o aplicar calor para relajar y eliminar toda la tensión.

Estos son los 10 mejores remedios caseros para los calambres musculares:

1. Compresa fría

Después del tratamiento térmico inicial o después que el dolor haya mejorado, usa una compresa fría sobre los músculos adoloridos para proporcionar alivio completo mediante la constricción de los vasos sanguíneos.

La temperatura fría aliviará el dolor, reducirá la inflamación y permitirá que el músculo afectado se relaje.

Envuelve varios cubitos de hielo en una toalla fina y ponla sobre la zona afectada durante unos 15 minutos cada la vez. Repite cada dos horas por uno o dos días.

Otra opción es tomar una ducha de agua fría.

2. Sal de Epsom

La sal de Epsom también se puede utilizar para tratar los calambres musculares. El magnesio en la sal de Epsom promueve la relajación muscular y la curación.

Llena la bañera con agua tibia, agrega dos tazas de sal de Epsom y remueve a fondo. Sumérgete en este baño durante 20 minutos.

Nota: La sal de Epsom no debe ser utilizada por aquellos que sufren de problemas cardíacos, presión arterial alta o diabetes.

3. Vinagre de sidra de manzana

Al ser rico en potasio, el vinagre de sidra de manzana crudo ayuda a aliviar los calambres musculares. Además posee varios nutrientes que ayudan a controlar el equilibrio de líquidos en el cuerpo, evitando así la deshidratación.

Mezcla una cucharada de vinagre de sidra de manzana en un vaso de agua tibia. Bebe esta agua tónica una vez al día para prevenir los calambres musculares.

Para prevenir los calambres nocturnos en las piernas, se puede mezclar una cucharadita de vinagre de manzana, miel y una cucharada de lactato de calcio en medio vaso de agua tibia. Bebe esta solución diariamente por la noche, alrededor de media hora antes de ir a la cama.

4. Mostaza amarilla

Curiosamente, la mostaza amarilla también se ha utilizado para tratar los calambres musculares en cuestión de minutos. Su efecto podría deberse a que contiene ácido acético, lo que promueve la producción de la acetilcolina en el cuerpo. La acetilcolina es un neurotransmisor que promueve la función muscular y esto obviamente aliviará el dolor.

Simplemente toma una cucharadita de mostaza amarilla.

5. El aceite de clavo

El aceite de clavo tiene propiedades anti-inflamatorias que ayudan a reducir la hinchazón de los calambres musculares, y propiedades anestésicas que ayudan a aliviar el dolor.

Calienta ligeramente un poco de aceite de clavo de olor y frota en la zona afectada. Haz movimientos firmes durante cinco minutos. Si es necesario, repite el proceso varias veces al día.

6. La melaza

Si tu calambre muscular está asociado a la deficiencia de potasio y calcio, la melaza es un gran remedio para ti. Esta es una buena fuente de calcio y potasio, y por eso puede ayudar a mantener los músculos fuertes y prevenir los calambres.

Mezcla una cucharada de melaza negra en un vaso de agua tibia o leche. Toma esta mezcla y en pocos minutos obtendrás alivio del dolor. Si es necesario, puedes beber esta solución más de una vez.

La melaza se puede beber sobre una base regular para prevenir la deficiencia de potasio y calcio en el cuerpo.

7. Romero

El romero tiene propiedades anti-inflamatorias que ayudan a calmar la inflamación del tejido muscular y reducen el dolor. También tiene un efecto de calentamiento que promueve la relajación.

Pon una onza de hojas de romero en un frasco de un litro y llena el recipiente con agua hirviendo. Tapa y deja reposar durante 30 minutos. Luego empapa un paño en esta solución caliente y colócalo sobre la zona afectada durante 10-15 minutos. Cuando el dolor mejore, sigue con una compresa fría.

Además puedes añadir una o dos cucharaditas de romero seco a una taza de agua caliente. Deja reposar durante unos 10 minutos y luego cuélalo. Bebe este té dos o tres veces al día.

8. Ejercicios de estiramiento

La realización de ejercicios sencillos de estiramiento puede aliviar los calambres musculares. Estira el músculo afectado levemente, déjalo estirado durante 15 a 30 segundos cada vez y frota suavemente la zona para hacer que se relaje.

Nota: Si el estiramiento causa dolor más intenso, deja de hacerlo.

9. Masaje

También puedes masajear el músculo afectado para aliviar el dolor y la rigidez. Masajea el músculo acalambrado con trazos largos hasta que se relaje. Después del masaje, envuelve el área con una toalla caliente.

Para beneficios adicionales, utiliza un aceite para masajes mezclando una parte aceite de gaulteria con cuatro partes de aceite vegetal. La gualteria contiene salicilato de metilo, que alivia el dolor y estimula el flujo sanguíneo.

10. Líquidos

La deshidratación es una de las principales causas de los calambres en las piernas, tanto en personas atléticas como no atléticas. Rehidratar tu cuerpo puede resolver rápidamente el problema.

Bebe uno o dos vasos de agua inmediatamente después de los calambres. Asegúrate de beber suficiente agua durante todo el día para prevenirlos.

Si sueles tener calambres musculares durante el ejercicio, bebe un poco de agua dos horas antes de cada entrenamiento y en los descansos regulares durante la rutina.

Junto con el agua, trata de comer más frutas y vegetales con gran contenido de agua para reducir el riesgo de deshidratación y prevenir los calambres musculares.

Sugerencias adicionales

• Descansa lo suficiente antes y después del ejercicio. Esto ayudará a que tus músculos se recuperen y a prevenir los calambres.
• Si tienes calambres musculares por la noche, usa calcetines finos para promover el flujo sanguíneo sin problemas. También puedes utilizar una almohada para apoyar las rodillas mientras estás acostado.
• Trata de realizar estiramientos, caminar o hacer algo de ejercicio ligero durante cinco minutos antes de ir a la cama. Esto calienta los músculos y aumenta la circulación.
• Bebe un vaso de leche caliente todos los días antes de ir a la cama.
• Para prevenir los calambres musculares durante el invierno, mantén los músculos calientes con la ropa adecuada.
• Asegúrate de consumir alimentos ricos en vitaminas A y E, así como en magnesio para prevenir los calambres musculares.
• Si sufres de calambres musculares crónicos, puedes tomar un multivitamínico y un suplemento mineral. Habla con tu médico acerca de los suplementos de calcio, magnesio o potasio para reducir y prevenir los calambres musculares.

Estos remedios y consejos te ayudarán a deshacerte de los calambres musculares de forma rápida e incluso a prevenirlos. Sin embargo, cuando hay calambres musculares intensos y frecuentes, lo más sensato es ir al médico.

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Artículo publicado por: Sandra Fernández Alonso. Última revisión: julio 13, 2019.